Time holds its collective breath
"Sisyphus": Randy Richmond
La empresa constructora de la urbanización que ha destruido el mejor prado próximo al Barrio, ha alquilado la última casa de la Calle Baja -a menos de cien metros de donde las excavadoras y dumpers devastan el paisaje- para vivienda del guarda. Éste, un jovenzuelo mal encarado, se pavoneaba en el salón multiusos, ante los jubilados que aprovechan la hora del café para echar la partida de guiñote. No va a haber c para seguir con las gamberradas, afirman que decía.
En los últimos fines de semana habían venido sucediéndose algunos percances que el ingeniero de la empresa denominó actos vandálicos realizados por los mismos que han rodeado el terreno con pancartas insultantes, y de los que tendrán que dar cuenta porque hemos presentado la correspondiente denuncia. La respuesta del señor Juan, dueño de los campos colindantes con las obras y guardián voluntario de las pancartas de protesta colocadas sobre su propio cercado, fue interponer una denuncia contra el ingeniero por calumnias, demanda que se suma a la ya presentada por la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio, que acusó al conductor de un dozer de haberla agredido -al parecer la sacó a empujones de la máquina en la que se había subido para evitar que el hombre continuara embistiendo los árboles que delimitan la pista forestal-.
Estos sucesos han convertido las (polémicas) obras del prado en tema preferente de las conversaciones del vecindario, despertando el mismo apasionamiento que la permanente amenaza del proyectado embalse.
9 comentarios
Nicolás -
Una mirada... -
Saludos cordiales a todos y todas.
froymario -
Averia -
Trini -
Cuando se termine el boom inmoviliario nos va a caer encima una buena crisis.
felipe -
por todos lados es igual
Con Sal en los Labios -
Un abrazo, enorme...
panurgo -
almena -
jop!