La senda del perdedor
El Gobierno ha cambiado el Espíritu de Ermua por el de Perpiñán.
Cuando don Eduardo Zaplana, Beau Brummel esperpéntico de mi pequeña fototeca de especimenes parlamentarios, ladea el magro rostro y hace malabarismos con los músculos orbiculares de los párpados como prólogo a una breve alocución -tan ensayada que parece un ejercicio con vistas a ocupar pupitre en el mítico Actors Studio-, no puedo evitar traer a mi memoria aquella otra declaración de intenciones que lo define con más aproximación que cualquier estudio psicológico sobre cataduras morales: Yo estoy en política para forrarme.
3 comentarios
Una mirada... -
Raddle -
Gracias por tus visitas.
Sands -
Salud.