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Una mirada alrededor

In Memoriam

rosa

Cada noche me instalo en el alféizar de la ventana y la miro a ella. Está en cada estrella rutilante que parpadea como si me guiñara unos ojos luminosos que yo intuyo zarcos, como sus ojos y los míos.
A veces, cuando la niebla de este invierno se instala entre las estrellas y yo, intento desgarrar con mis patas ese velo blanquecino que me oculta el brillo intermitente de sus ojos lejanos. Y sueño… Sueño que me elevo desde el Barrio, asido a la estela de un cometa errabundo que me lleva hasta ella. Y contemplamos juntos el devenir del Barrio hasta que los cúmulos y cirros lo envuelven por completo y yo me acurruco, una vez más, en el regazo de ella.

…Y el amanecer me encuentra asido a mi edredón preferido, con unas gotitas de rocío en mi pelaje y el recuerdo de los latidos alegres del corazón de ella en el pensamiento.

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